¿VERDAD Y JUSTICIA…O MEMORIA?
Por Laura Ginsberg y Pablo Gitter
Hace dos meses, el Tribunal que juzgó el encubrimiento concluyó: “el Estado Argentino ha reconocido su responsabilidad por el atentado que tuvo lugar en la sede de la AMIA/DAIA” (págs. 223/4, Sentencia 3/5/19).
El gobierno y la oposición ocultan esta conclusión, pretenden ignorar su significado y no hablan de las consecuencias que implica.
Aunque los jueces se limitaron a juzgar delitos de encubrimiento, dejaron en evidencia que la participación del Estado en el atentado excede la fabricación de pruebas y el armado de una investigación y una causa judicial.
Los equipararon a un crimen de Lesa Humanidad pero resolvieron con “una de cal y otra de arena”: condenaron al exjuez, a los exfiscales, a los titulares de la SIDE y de las fuerzas de seguridad, pero liberaron a Menem y a Beraja, su socio político.
La política de Macri va en contra de lo resuelto. En vez de profundizar la investigación en el sentido que expresa la sentencia, organiza una campaña de propaganda internacional junto al Congreso Judío Mundial para decir que el atentado “está esclarecido” echándole la culpa a Irán y/o Hezbollah.
¿Qué nuevas pruebas tienen cuando el juez de la causa, Canicoba Corral, dijo que la pista iraní es sólo una hipótesis?
Asistimos al final de un ciclo y nadie espera que haya Justicia.
Mientras los jueces reconocieron -aún de manera limitada- el compromiso del Estado nacional y sus funcionarios en el atentado, el gobierno se pasea en eventos internacionales reclamando Justicia, pero no se propone esclarecer nada.
Para Avruj, están embarcados en “un camino sustentado en la memoria” (La Nación, 26/6/19).
El concepto de Justicia no se basa en “Memoria”. Es lo opuesto a cualquier investigación judicial, que se basa en pruebas. Así confunden a toda la sociedad.
Con esta nueva política presentada como un logro, se consolidan 25 años de NO investigación. Esa es la política de Estado.
Para investigar es necesario abrir los archivos que aún mantienen cerrados.
Dos años atrás, el gobierno pretendió poner esa documentación que es prueba en la causa AMIA, en manos de empresas pantalla de la CIA y del MOSSAD. Se lo impedimos judicialmente, obligándolos a retroceder.
Ahora quieren direccionar la investigación para “llenar casilleros en blanco”, según uno de los subordinados de Avruj (Clarín 14/7/19). ¿No es esto otro capítulo de la fabricación de pruebas que condenó el Tribunal?
El Procurador Casal y el nuevo Fiscal no se oponen a ello: son responsables del vaciamiento de hecho y hasta ideológico de la Fiscalía.
En estas condiciones, el gobierno pretende imputar a Irán mediante una Ley de Juicio en Ausencia, con el acuerdo de la DAIA y todos los partidos. La ministra Bullrich explicó sin filtro: “vamos a lograr por lo menos sentir que los pudimos juzgar” (La Nación 6/1/19). Cambiemos, el PJ y el kirchnerismo se alinean en una misma política internacional y exculpan al Estado argentino.
El decreto para declarar terrorista a Hezbollah es parte de la campaña del gobierno comprometida con Pompeo e Israel.
A contramano de la ONU y la Unión Europea -que no los acusa -, usan el atentado a la AMIA como excusa para disolver la diferencia entre las políticas de Defensa y de Seguridad Interior y presentar al Estado como líder antiterrorista en la región.
Contra esta política de Estado, la necesidad de abrir los archivos secretos y constituir una Comisión Investigadora Independiente es una condición para esclarecer el crimen e impulsar el Juicio y Castigo a todos los culpables.
Este es el camino de Memoria, Verdad y Justicia para superar la impunidad que sufrimos los argentinos durante tantos años en democracia.