Este aniversario de la masacre de la AMIA se produce en un momento
muy especial: el Gobierno abandona sus promesas, el valor de su palabra y
compromiso.
En la Asamblea Legislativa de 2020, el Presidente aseguró ante la Nación que
“apostamos a una democracia profunda y a una mejor calidad institucional” que
asoció al esclarecimiento del atentado. “Solo se logrará si todos ayudamos a
conocer la verdad… tenemos la decisión irreversible de terminar para siempre,
para siempre, con los sótanos de la democracia”, agregó.
Un año después reconoció que su propuesta fracasó al
recordar que “Esperaba que con eso se iniciara un derrotero que echara luz en
los sótanos de la democracia… Pero
lamentablemente no fue así”.
¿Qué se lo impidió si es un área de su responsabilidad? Los archivos secretos siguen
cerrados: no hay investigación, ni verdad, ni justicia. Su confesión abruma.
No fue la primera vez que esclarecer el crimen de AMIA había
sido puesto en el centro de la escena como materia política pendiente. Lo
novedoso es que lo declara frente al despliegue de pruebas halladas en los
archivos de la participación del Estado y la complicidad internacional de sus
aliados en el atentado.
Esto cuestiona cualquier proyecto institucional como el pregonado. Si para
investigar hay que conocer las pruebas – y los archivos secretos lo son- la
conclusión más elemental es que todavía la investigación no comenzó.
En el camino quedaron fallos judiciales y Decretos que reconocieron el
encubrimiento oficial. ¿Qué encubrieron si no fue el atentado mismo?
Resulta evidente que el Estado no quiere asumir la decisión política de investigar
porque teme reconocer cuán involucrado estuvo en la comisión del atentado y no
sólo en su encubrimiento. Sin esta decisión, pretende que las huellas evidentes
de su participación criminal se diluyan en el tiempo, con el acuerdo del
Legislativo y del Poder Judicial. Para colmo, los Fiscales se apuran para
sobreseer lo que queda de la conexión local. La DAIA/AMIA y la embajada de
Israel le hacen el aguante a esta política.
Los archivos siguen siendo “secreto de Estado” por estar
llenos de esas huellas de la acción del terrorismo de Estado amparada en los
pliegues de la democracia. ¿El Presidente y la Interventora de la AFI no lo
saben?
Aún sin reconocer la participación del Estado en el
atentado, hasta la CIDH reclamó abrir los archivos y un acceso efectivo a
ellos, mientras negocia con el gobierno las condiciones de una eventual condena
de la Corte Interamericana.
La masacre impune de la AMIA y su falta de investigación real
siguen siendo la piedra en el zapato para cualquier intención de “democracia
profunda” y/o “calidad institucional”.
Las viejas y gastadas promesas acerca de “recobrar el rol activo del Estado en
el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad” parecen no alcanzar cuando se
trata del atentado cometido en democracia.
Por eso nos niegan la apertura de los archivos y establecen
una diferenciación política difícil de explicar. El ejemplo es la Res. 467/21 de
la AFI que propone analizar los archivos de la dictadura en su poder con
organismos de derechos humanos.
Casi 45 años después, lo que puede ser un paso adelante para
el esclarecimiento de esos crímenes se nos niega expresamente frente a la
masacre de la AMIA. ¿No es acaso el mismo reclamo? Para el gobierno ¿el
atentado a la AMIA es o no un crimen de lesa humanidad?
Hoy, a 27 años de este crimen del terrorismo del Estado
argentino contra su población, se hace urgente superar la impasse. Sin una
investigación real sólo queda rediseñar la impunidad.
La lucha de nuestro pueblo contra los crímenes de la
dictadura es el motor para esclarecer los crímenes cometidos en democracia. Renovamos
nuestro pedido para abrir los archivos, terminar con el secreto y constituir
una Comisión Investigadora Independiente integrada por personalidades
intachables, organizaciones políticas,
sociales, académicas y de derechos humanos. Es el camino de Memoria, Verdad y
Justicia.
LAURA GINSBERG
PABLO GITTER
Integrantes de la
Asociación Por el Esclarecimiento
de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA)
Buenos Aires, 18/07/2021